CONSENSO

La Sanidad extremeña

Rodolgo Domingo

Plasencia

Señores políticos extremeños, les pido prudencia, mesura y generosidad. No usen la Sanidad con arma política porque, junto con la Educación, forma parte de los pilares de la sociedad.

No sé lo que pasa en el hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres, pero leyendo sus declaraciones percibo regusto porque se cierran quirófanos, porque las moscas y la suciedad campan con libertad, porque falta personal. No se olviden que los ciudadanos son los usuarios de ese servicio y si es un caos, el desorden los pagan los extremeños.

¿Por qué no se dejan de ideologías, unen fuerzas e intentan arreglar los desaguisados de unos y de otros? Háganlo por nuestro bien. No nos inquieten más con declaraciones catastróficas. Es un ruego de un ciudadano que cumple con sus obligaciones, pero que, últimamente, sólo siento inquietud cuando abro el periódico o escucho la radio.

SEGÚN TRUMP

La Navidad

Eva N. Ferraz

Las Rozas (Madrid)

En Estados Unidos ha causado sorpresa que Donald Trump, el presidente que el próximo 20 de enero de 2017 llegará a la Casa Blanca, haya abogado por recuperar la frase Feliz Navidad, para que, al menos, coexista con la de felices fiestas impuesta por los laicistas que trabajan sin cesar para erradicar todo lo que suene a cristiano del panorama humano, incluyendo las imágenes y rezos en instituciones y actos de diversa índole.

Pero la Navidad significa un acontecimiento, un hecho que dividió la historia en un antes y un después.

Porque la venida de Dios al mundo supuso un cambio espiritual que no puede ser igualado por ningún otro, puesto que el estado del hombre pudo, desde ese momento, ser restaurado, volver a tratar a Dios como padre y aprender el camino de vuelta, perdidos como estábamos e incapaces de entrar en el cielo.

Entonces, todo lo que sea apoyar esta iniciativa del Dios que se hace hombre, siempre será un bien para la humanidad, en lugar de boicotearla como si no tuviera nada que ver con nosotros, o peor aún si quisiéramos erradicarla de la faz de la tierra.

Pero Dios no permitirá que la Navidad naufrague en los corazones sino que siempre será celebrada con luces, cánticos y reuniones en familia para dar un tono a estos días, que ojalá no se queden en un intercambio de regalos más para cubrir las apariencias que para conmemorar el regalo que nos hizo Dios: el don de sí mismo.