ACOSO ESCOLAR

La sociedad no está libre de culpa

José A. Malvido

Estudiante

El acoso escolar y la preocupación que suscita ante la población no es un tema nuevo. No es extraño caminar por la calle y observar que la gente se da la vuelta para fijarse en esa persona diferente al resto. Ese murmullo que se genera sirve como aliciente para crear una etiqueta que supondrá un punto de partida condicionado. Esto significa que el acoso escolar no es más que un reflejo desmesurado de la sociedad, ya que tristemente tendemos a discriminar y ridiculizar todo aquello diferente a la mayoría. La sociedad debe ser consciente de que el aula es un reflejo de ella por lo que, eximirla de las consecuencias del acoso no es un error sino una irresponsabilidad. Por otro lado, es inadmisible la discordancia de la teoría en relación a la práctica educativa, lo que cuestiona el papel del docente como agente profesionalizador. No se entiende que en los planes de estudios de algunas universidades no haya asignaturas destinadas a prevenir y resolver conflictos. Muchas veces nos encontramos con un querer y no poder por parte del docente. En la mayoría de los casos, las medidas llevadas a cabo se producen cuando los roles de acosado y acosador ya están plenamente establecidos, por lo que el daño ya está hecho. Por tanto, para erradicar el acoso escolar hay que ser honestos con nosotros mismos y comprender que si buscamos la inclusión nuestro sistema educativo necesita ser recreado desde su base. Para conseguirlo, hay que abordar el tema desde la familia, la escuela y la Administración, o continuaremos siendo verdugos y culpables de cada caso.

OFERTAS DE EMPLEO

Trabajar en Londres

Alberto Escala

Estudiante

Llevo dos años viviendo en la capital inglesa y, si es cierto que las ofertas de trabajo van acorde con la magnitud de la ciudad más cosmopolita de Europa, por otro lado, la realidad es muy distinta. Aunque hay bastante oferta es difícil encontrar un trabajo cualificado. Hay miles de ciudadanos españoles con carrera universitaria que están trabajando en bares o restaurantes con unas jornadas laborales más largas que las de nuestro país. Frustrados, trabajan con contratos basura para poderse pagar el precio de la vida en una de las ciudades mas caras del mundo, con la esperanza de que algún día encontrarán un trabajo conforme a su formación. Mientras ese día no llega, el tiempo va pasando y cuando se acerca el momento de acabar la aventura y volver a casa se dan cuenta de que su situación es la misma que antes de partir, pero con más años de edad en su currículum y sin experiencia laboral de calidad.