TAtcabamos de celebrar el Centenario de la fundación de la Casa del Pueblo de Cáceres. Como recogía El Periódico Extremadura, una vez constituida los obreros cacereños lograron adquirir un inmueble, en la calle Olmo por 9.000 pesetas de la época, llegando a tener unos 2.500 afiliados. Desde su balcón se dieron impresionantes mítines y de allí partieron impactantes manifestaciones. Para los historiadores es revelador pasar por las salas del hoy reconvertido en Museo del movimiento obrero y pensar que allí estuvieron los dirigentes socialistas y ugetistas de las primeras décadas del siglo XX. Estos temas han sido acogidos por el PSOE de Extremadura con extraordinaria receptividad. Ya en la anterior legislatura la Ejecutiva Regional creó una Secretaria dedicada a la Memoria Histórica, pionera entre todas las Federaciones y que ha sido referente en muchas Comunidades.

En la actualidad ha sido la Ejecutiva Provincial del PSOE de Cáceres la que ha dado un paso adelante con la creación de una Secretaría específica dedicada al análisis de la Historia del Socialismo. Por esa razón era de justicia unir el orgullo de ser una organización centenaria, al anhelo por recuperar los lazos de unión con el sindicato hermano con el reconocimiento a los compañeros que en 1976 quisieron valientemente sacrificar algo más que su tiempo por poner en valor unos ideales que en nuestra tierra siempre habían sido impulsados por el PSOE.

Es necesario mirar al pasado para poder ser conscientes de que la auténtica revolución y transformación de Extremadura la hemos hecho los socialistas. Sin ese conocimiento no es posible pergueñar un halagüeño futuro para nuestros ideales. En los actos de celebración del centenario al margen de echar la mirada atrás hacia los que impulsaron el asociacionismo proletario en Cáceres hemos querido relacionarlo con el papel de un grupo de jóvenes en los albores de la Transición para contribuir en la recuperación de la Democracia. A una muestra de ellos se les dio un homenaje, algunos de los cuales iniciaron la refundación del PSOE en una reunión celebrada en Plasencia. Pero ya había decenas de socialistas trabajando en la clandestinidad. Forjando estructuras organizativas. Preparando el terreno a un socialismo con el corazón como escaparate.

Tenían en común un objetivo claro, parafraseando el discurso de Victorino Mayoral , se trataba de conseguir lo que dicen los Estatutos, vigentes posiblemente más hoy que entonces: contribuir a crear una sociedad de hombres y mujeres libres, honrados, iguales e inteligentes.