Las horas que transcurrirán desde ahora hasta mañana lunes serán intensas para Pablo Casado. Al líder de la oposición le tocará, sin duda, dedicar el fin de semana a escuchar a sus cargos y asesores para preparar su inminente cita con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. No es sencillo. Debe resolver su gran dilema sobre a qué dress code político se encomienda: ¿traje de hombre de Estado con aspiraciones o mono guerrillero para defender sus tierras frente a Vox?

Para empezar, el líder de la oposición ha de sentarse frente a frente con aquel al que, no hace tanto, amenazó con llevar a los tribunales si no usaba la mano dura con Quim Torra, a quien considera inhabilitado en firme, a pesar de estar pendiente el pronunciamiento final del Supremo. Casado avisó a Sánchez, en el debate de investidura, de que le obsequiaría con una querella por prevaricación si no actuaba para poner freno a quien ya no reconoce como ‘president’. De momento ese regalito judicial no ha llegado porque el PP ha preferido apuntar en los tribunales contra Torra, a quien denuncian por haber usurpado el cargo que ocupa (algo que gusta a los suyos y seguramente a parte de los naranjas y a Vox). Eso sí, cuando se les pregunta a los populares si, por coherencia, dejarán de presentarse a las próximas elecciones catalanas, cuyo decreto de convocatoria firmará, a su entender, un «usurpador», responden que por supuesto. Que esos comicios sí serán legales. Qué cosas.

Con una dificultad manifiesta, a la vista de lo oído últimamente, para entenderse sobre Cataluña -la mesa de negociación o la reforma de la sedición saldrá seguro en la conversación en Moncloa-, Sánchez pretende tantear al jefe del PP para saber si, al menos, está dispuesto a llegar a pactos en cuestiones como la reforma de las pensiones, del modelo de financiación o la renovación de órganos constitucionales como el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), RTVE o el Defensor del Pueblo. Se verá. Dependerá del traje que lleve puesto a la Moncloa. Y de si le importa más su imagen o la de sus adversarios en la diestra. *Periodista.