Al PP no le incomodó que quien pretende llevar las riendas de la nación esté impregnado de incertidumbres y malgaste el tiempo en justificarse. Ahora nerviosos, a pesar de conocer la incierta mochila que Casado portaba, les parece escandaloso que se cuestione su honestidad por «unos deberes del colegio» y, además de tirar de argumentario con el consabido «y tú más», manifiestan sin tapujos que la prensa no se centra en lo importante, aseguran que se trata de una cacería, sugieren una conspiración, insinúan una venganza, cuestionan a la jueza que ha elevado el caso al Supremo inventando que «no ha encontrado nada», dicen -sin tener en cuenta a quienes lo ganaron con su esfuerzo y dinero- que es un máster de chichinabo, o declaran sin rubor que «la ética es la que marca la ley». Esto es todo lo que el entorno de Pablo Casado es capaz de argüir sobre su expediente académico. Lo de siempre. A Casado le ocurre lo que a Rajoy: su nublado pasado le persigue por donde va. Y lo de Maroto, de traca.

migración

Ciudadanos del mundo

Ángel Morillo Triviño

Castuera

Todos somos ciudadanos del mundo. La vida se inició sin fronteras. Cada cual andaba por donde le parecía mejor y más sostenible. Cabemos todos y sobra sitio en cualquier parte, pero algunos son tan egoístas que quieren tener millones de kilómetros cuadrados para su sólo uso y disfrute. El hombre (egoísta por condición humana) hizo una raya y dijo: hasta aquí todo es mío. Porque claro: «entre el honor y el dinero, lo segundo es lo primero». Pero el planeta es lo suficientemente amplio como para que nadie se tenga que tirar al agua huyendo de otro alguien o de las miserias a que se ha visto abocado por la expoliación por la fuerza de sus riquezas naturales por otros hombres que vinieron de la civilización. Un dibujante famoso, dijo en una de sus viñetas: «los inmigrantes procedemos de las riquezas que extraéis de nuestras tierras». Y refiriéndose a la llegada masiva a España, para que nadie lo olvide porque esto no es jauja, especificó en otra: «cómo será el lugar de donde vienen, para que se alegren de llegar a donde llegan…»

No obstante, y tras la llegada masiva de «inmigrantes» a las costas del Sur, el debate está servido y se prevé duro de pelar, pues esas venidas cada día no van a cesar aún a pesar de que: «la vida es muy peligrosa, pero no por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa», que dijo Einstein. Tal es, con seguridad, lo que piensan todos los que se arriesgan cada día en el mar sobre una mísera patera.

Pero pienso que deberíamos hablar de migraciones y estaríamos más acertados, puesto que no es por gusto la salida de los pobres «inmigrantes» de sus lugares de origen dejando su habitad natural para ubicarse en otro lugar diferente donde obtendrán nuevos bienes para desarrollar su vida. Por lo cual, la inmigración (reitero, veo más correcto migración), tan duramente criticada por dirigentes del PP, no es otra cosa que hacer a los ya emigrantes responsables de los problemas económicos y, sobre todo, sociales que sus políticas han creado y no hay dios que arregle ahora; y, desde luego, no los va a recomponer la cúpula del PSOE que, guste o no guste, juega de compañero con el PP. Todo ello a pesar de que las estadísticas muestran que los emigrantes aportan, con su trabajo y contribuciones, más recursos que los que consumen. Lo que no impide que muchos de ellos sufran la discriminación… muy propia de la derecha retrógrada y de la mal entendida socialdemocracia o falsa izquierda.

Todos somos ciudadanos del mundo. A ninguno, por tanto, nos debería preocupar demasiado quienes vienen o quienes se van de nuestros territorios si se cuenta con una justicia igual para todos y unas leyes progresistas bien llevadas a cabo por unos políticos decentes y unos cuerpos de seguridad bien educados y siempre dispuestos a que nadie se descarríe. Esconder los problemas de la corrupción y la inepcia en el saco de las migraciones no es otra cosa que «pasar de la pobreza a la opulencia a costa de los demás», olvidándose de todo lo que nos es necesario para vivir decentemente de nuestros impuestos (de Sanidad, Educación, Justicia, Servicios Sociales, etc., mejor no hablar). Por cierto, de nuestros muchos impuestos (somos el país que más tiene de la UE)… si los pagaran todos a los que se les permite que se escabullan.