El Parlamento de Cataluña vota hoy una resolución que, entre otras cosas, pide al Tribunal Constitucional que se declare "incompetente" porque ha fallado cinco veces en su intento de dictar una sentencia sobre el Estatut. El esfuerzo que ha hecho el presidente de la Generalitat, José Montilla, para lograr el voto unitario de CiU, principal partido de las oposición y de los tres socios de su Gobierno (Esquerra Republicana, aunque no suscribe el documento lo votará) es digno de mejor causa por mucho que esa iniciativa tenga un amplio respaldo de su opinión pública. Y es que, por un elemental principio democrático y de respeto por las instituciones, los parlamentos no deberían pronunciarse sobre la ´competencia´ de los órganos judiciales, máxime cuando esa presunta ´incompetencia´ deviene por una circunstancia no achacable a los miembros del tribunal, como es que muchos de ellos han sobrepasado el tiempo para el que fueron nombrados. En ese caso, la incompetencia habría que endosársela a los dos partidos, PSOE y PP, que han hecho posible que el TC se encuentre en la situación en que se halla.