TEtl respaldo mayoritario del Parlamento catalán a su proyecto de Estatuto, queramos o no, debe ser reconocido por todos. A mí me pueden caer mejor o peor los catalanes, compartiré o no su cultura y su forma de ser, pero a nadie se le escapa que están en su derecho de proponer y reformar sus reglas de juego, siempre y cuando no perjudiquen al resto.

La voluntad que el pueblo catalán ha manifestado es suficientemente importante como para que no se sigan los procesos habituales, y se permita que el proyecto llegue al Congreso. Es la oportunidad que la democracia, afortunadamente, nos ofrece a todos los españoles para defender nuestros intereses, lo que sucede es que unos son más hábiles que otros a la hora de llevar a buen puerto sus legítimas reivindicaciones.

Reconocido pues el derecho a la reforma y al camino a seguir, se trata ahora de modelar y analizar de manera pormenorizada el contenido del texto, las posibles repercusiones del mismo sobre el Estado y el resto de comunidades autónomas, y someter a debate en el seno del Parlamento cuantas diferencias sean necesarias, algo que caracteriza a la democracia y que, desde que se instauró la Constitución, siempre ha sido el mecanismo empleado.

En ese marco pues se debe tratar de defender o rebatir cuanto se desee, con alternativas y con propuestas concretas. Se hace preciso un diálogo en profundidad, donde se escuche a todas las partes y en el que se genere un clima de cooperación y de consenso. A buen seguro, una vez más, nuestras fuerzas políticas demostrarán su madurez y serán capaces de llevar a buen puerto este polémico proyecto.

*Técnico en desarrollo rural