WCwon escasos matices, la reacción de los partidos democráticos a la declaración política de Batasuna del pasado domingo ha sido totalmente cauta. La propuesta de la ilegalizada coalición de avanzar por vías "democráticas y pacíficas" y dejar para ETA sólo la negociación sobre los presos, los refugiados y su arsenal, ha sido acogida como un paso insuficiente que no merece respuesta política hasta que no vaya acompañado de una condena formal del terrorismo.

Está justificada la desconfianza hacia quienes han hablado tantas veces de diálogo mientras aplaudían a los asesinos. Y que los gestos de Batasuna en la dirección de aceptar el juego democrático no traigan aún contraofertas de nada --como la de admitir que concurra en unas elecciones-- hasta que no llegue su declaración sin ambigüedades contra la violencia.

Pero tendría que empezarse a hacer Política, con mayúsculas, porque los signos de que algo se mueve en el mundo de ETA y Batasuna son muy claros, aunque sólo sea por desmoralización ante los éxitos policiales. En este contexto, la firmeza es compatible con ayudarles a abrir la puerta de salida que insinúan buscar. Insistimos: firmeza y política.