La temporada de caza ha comenzado en Extremadura y lo ha hecho envuelta en grandes incógnitas en torno a su desarrollo, tales como cuál será la incidencia que han podido tener los últimos incendios sobre las distintas especies y cuál será el comportamiento de los animales tras las altas temperaturas registradas durante el pasado verano.

Aunque los fuegos han asolado zonas de gran valor cinegético y el intenso calor se ha dejado notar en el campo extremeño, no es menos cierto que estas circunstancias han pasado casi desapercibidas en la media veda, prólogo de la temporada y cuyos resultados han sido, en líneas generales, aceptables. Asimismo, la evolución de los últimos años en el sector cinegético extremeño hace abrigar esperanzas de que este año la caza mantendrá esa tendencia hacia la recuperación. Para ello será necesario llevar hasta las últimas consecuencias el compromiso adquirido por la Administración, federación y empresarios encaminado a buscar la calidad en un sector que, al día de hoy, se manifiesta como un gran generador de negocio. Es el momento de asegurar los logros obtenidos en materia de medio ambiente y perseverar en los asuntos pendientes, como la recuperación de aquellas especies afectadas por las enfermedades.