Las autoridades regionales inauguraron ayer las nuevas instalaciones del Centro de cirugía de Mínima Invasión (CCMI), ubicadas en la finca ´El Cuartillo´, en las cercanías de Cáceres. Con ese acto el CCMI da paso a una nueva etapa, la de la mayoría de edad, con más equipamientos, más personal especializado, mejores infraestructuras básicas, más inversiones, hasta el punto de que esta institución, después de 22 años de vida y habiendo empezado de la mano de Jesús Usón en unos barracones de la Facultad de Veterinaria, se ha convertido en única en el mundo porque une dos características que no tiene nadie actualmente: la especialización en el campo de la cirugía mínimamente invasiva y, al tiempo, la capacidad para investigar en todas las disciplinas de ese campo (laparoscopia, endoscopia, radiología intervencionista, microcirugía y anestesiología y cirugía general). En los países tecnológicamente más avanzados hay centros que exploran las posibilidades de la cirugía mínimamente invasiva, pero en un campo, en dos, no en todos, como el CCMI extremeño, que por ello se ha convertido en una especie de ´Meca´ para los investigadores en esta disciplina, que acoge cada año a varios centenares de médicos llegados de todo el mundo a Extremadura para formarse en sus instalaciones.

Sería acertado que, debido a la relevancia científica del Centro, el acto de inauguración de ayer fuera situado en una dimensión distinta a la aparente, porque lo que se estrenó en ´El Cuartillo´ bien podría decirse que significa, además de un decisivo salto de calidad en el parque de instalaciones científicas de la comunidad, la consolidación de Extremadura como enclave de referencia en el mapa mundial de la parte de la ciencia dedicada a los avances de la medicina, tal como dijo a este periódico el cirujano leonés y colaborador del CCMI José Luis de la Cruz Vivo.

Extremadura en el mapa mundial de la ciencia. Quienes tienen menos de 40 años tal vez no logren atisbar la importancia histórica de que dos palabras, ciencia y Extremadura, vayan juntas y relacionadas. Esta región no tuvo universidad hasta hace menos de 35 años. Que ahora se abra una institución de excelencia profesional y de posgrado, y que sea el espejo donde se quieran mirar americanos y japoneses, ingleses y alemanes, gente que lleva siglos bregando por ser la avanzadilla mundial de cualquier conocimiento científico y técnico, traza una línea de mejora social inimaginable cuando las aulas de lo que luego sería la Uex se instalaron en los primeros años setenta, modestísimamente, en el colegio Salesianos de Badajoz y como anexo de la Universidad de Sevilla.

De allí se ha llegado al CCMI de hoy, al de los diez quirófanos para la experimentación animal; al de los cuatro laboratorios; al de las intervenciones quirúrgicas seguidas por videoconferencia desde cualquier parte del mundo; al de las salas de formación en laparoscopia y cirugía; al de los múltiples avances que ha hecho posible en ginecología, gastroenterología, cirugía vascular y cardiotorácica, en neurocirugía y en oftalmología; al del microchip para combatir la obesidad mórbida y al inventor de la técnica para administrar un fármaco directamente en el pericardio... Ese camino cumplido de entonces a ahora es el que ayer se celebraba en el acto de inauguración del nuevo Centro de Cirugía de Mínima Invasión: Extremadura en el mapa mundial de la ciencia.