El otro día salí del cine satisfecha. Vi A ciegas . La única que no se queda ciega es quien desde un principio tiene una actitud de acompañamiento y comprensión de lo que sucede; no abandona a su compañero, no deja de ocuparse de quien tiene al lado y se muestra disponible en lo que puede. Los demás, en cambio, sí son abandonados por sus familias y por la gente que tenían cerca cuando se quedaron sin vista, que no los ayudan, o los engañan, y que progresivamente, también ellos, se van quedando ciegos. Tal vez no sea abandono en sí y seguramente la mayoría haríamos lo mismo, pensando que a nuestro amigo o familiar enfermo lo trasladan a un lugar donde estará bien atendido. En todo caso, la actitud de ella (Julianne Moore ) difiere bastante de la forma de actuar del resto, y quizás sea un detalle bonito de la película.

Ahora bien, el peligro de esa interpretación es que puede derivar en una consideración de la enfermedad como una maldición o un castigo, algo con lo que yo estoy en desacuerdo. Ya saben, el "algo habrá hecho" o "se lo merecerá" y que es muy típico de ciertas ramas de la tradición judeocristiana que, por ejemplo, exalta a quien se enriquece, como una bendición de Dios, y considera, en cambio, la pobreza como algo dispuesto por Dios. Y que, por lo mismo, hace de la enfermedad una punición o una dura prueba que se nos inflige, como fruto de la voluntad divina.

Lo bueno, sin embargo, es la reflexión que nos puede generar sobre nuestro posicionamiento en situaciones duras. ¿Actuamos a lo Moore, estando también a las duras e intentando hacer algo constructivo, o tomamos las de Villadiego en plan dejadez absoluta y ahí te quedes?

Digamos más bien que en un panorama desolador y ante el cual muchas personas (¿la mayoría?) ven despertar (o dejan despertar) sus peores instintos o su lado menos humano, Julianne Moore no permite que le venza ese lado oscuro y, como ve, se da cuenta de un modo muy completo del horror que podemos generar los humanos en situaciones extremas... y cómo ese horror y ese salvajismo se contagia fácilmente y es muy sencillo sucumbir a él,,, Tan sencillo como de repente quedarse ciego cuando el segundo anterior veíamos a la perfección... La ceguera se nos puede pegar tan rápido como se nos pega la maldad.

La ceguera es así una imagen de lo ciegos que estamos en la vida y de lo poco capaces que somos a veces de mantener nuestra humanidad o luchar por ella... Y también de lo mal que lo pasan generalmente los mismos (los niños, las mujeres, los diferentes, los más desfavorecidos, los pobres...), las víctimas de las decisiones arbitrarias, las desigualdades, las explotaciones... de quienes tienen las armas y el poder. Y lo difícil que es a veces romper ese círculo inhumano y arrebatar las armas (en el sentido más amplio) y el poder a quienes siembran con él injusticia y opresión; Julianne Moore trata de hacer algo así con Gael García-Bernal.

Tampoco permiten que se apropie de ellos del todo la ley de la selva otros personajes, como la prostituta (Alice Braga , cuya relación con Moore está bañada de grandeza), que tratan de mantener el tipo como pueden e incluso dan muestras de humanidad; a pesar del miedo y de verlo todo de un horrible blanco cegador... En las situaciones extremas puede salir lo mejor del ser humano; o lo peor.

A la película, que describe con gran crudeza la violencia y la maldad a la que podemos llegar, quizás le ha faltado un mayor desarrollo de la parte final, para que se viera mejor la transformación y la luminosidad que van ganando los personajes.