Cual Miguel Ríos y su blues del autobús, Celaá también quiere su blues, se llama «el autobús del profesor», aunque paradójicamente y como dice la letra de la canción del viejo rockero, los profesores muy a su pesar, también «viven en la carretera», pero no en autobús, con suerte compartiendo coche y sin ella con la única compañía de la radio.

Por si no lo saben, el Ministerio de Educación y Formación Profesional pondrá en marcha a partir del 1 de febrero cinco campañas institucionales centradas en la figura del profesor, la integración de alumnos en centros educativos y la FP. Por descontado que cualquier iniciativa que dignifique la labor docente será bienvenida, si es lo que se pretende, dignificar la labor docente. Como decía, las cinco campañas son «El autobús del profesor», «Yo soy profe», «La educación somos todos», «Tu futuro pasa por la FP» y otra destinada a publicitar la oferta de formación profesional que no se ha etiquetado aún.

La primera será «El autobús del profesor» y, según ha trascendido a los medios, se dedicará a visitar los centros que lo requieran con material divulgativo sobre la carrera en sí, su labor docente y los cambios en el tiempo, aunque podrían también enseñar alguna nómina, para ver que casi nada ha cambiado salarialmente, incluso comparado con algún año, perdido, y la periódica suma de funciones que hemos tenido que incorporar a nuestra labor diaria.

Repito que toda campaña de dignificación docente es bienvenida, pero más que un autobús que explique la carrera profesional, hubiese preferido una carrera profesional, que no tenemos. Mas que explicar nuestro trabajo docente, reconozca nuestro trabajo docente y el esfuerzo personal como trabajador y funcionario que sin reconocimiento hemos tenido que hacer para asumir y responder ante los retos de una sociedad cambiante a marchas forzadas.

Mas que enseñar cómo hemos cambiado, aprendan a no tener que cambiar cada cuatro años de ley educativa, o cada moción de censura, sobre todo si en vez de cambiar lo actual, se pretende retrotraer la educación doce años en el tiempo.

Sí, como la canción, muchos viven en la carretera y perdone le incorpore esta letra: ponga avión o autobús, que para los docentes la profesión seguirá siendo un blues, mientras nuestros políticos no sientan de corazón que somos nosotros los que marcamos el ritmo de la educación, y que en clave de blues llevamos nuestra profesión más allá de nuestra obligación.