Era una noticia esperada desde hace semanas: el listado de proyectos de plantas termosolares que debía aprobar el Ministerio de Industria para que entraran en funcionamiento antes del 2013. El consejero de Industria, José Luis Navarro, había anunciado semanas atrás que el Gobierno daría luz verde a una docena de proyectos y finalmente así ha sido. El pasado martes se cumplieron los vaticinios hechos desde la Junta y con ello se aclara el panorama del sector de la energía termosolar en la región.

En primer lugar porque con la publicación del listado se pone fin definitivamente a un periodo de fuerte incertidumbre en el ámbito de las empresas con proyectos de energías renovables en nuestro país, incertidumbre surgida a raíz de que, el pasado mes de octubre, una enmienda encabezada por CiU y apoyada por todos los grupos del Senado hiciera peligrar los proyectos solares y eólicos que se habían registrado en el propio ministerio, y por exigencia del mismo, en el mes de mayo. Es cierto que, tras el fuerte revuelo suscitado, este error tardó apenas una semana en corregirse con una nueva votación en el Congreso, pero también lo es que continuaba la inquietud entre los promotores de energías renovables hasta que no se despejara la incógnita sobre qué proyectos y cuáles no tendrían el visto bueno ministerial. De hecho, la decisión hecha pública el martes es decisiva porque marca la conformación del mapa nacional de plantas termosolares y eólicas a corto y medio plazo.

En segundo lugar, la publicación del listado pone de manifiesto que Extremadura está en condiciones de convertirse en una potencia en generación de energía termosolar, y que el Ministerio de Industria ha sido receptivo a dar luz verde al plan propuesto desde la Junta. Un plan ambicioso puesto que, cuando entren en funcionamiento dentro de menos de cuatro años las centrales aprobadas, la región tendrá una potencia instalada de 950 megavatios, similar a una de las dos unidades de la Central de Almaraz. Esta potencia representará el 40% del total de la energía de origen termosolar producida en nuestro país.

Cada una de las plantas --son todas de tamaño similar: en torno a los 50 megavatios--, requiere una inversión entre 250 y 300 millones de euros y el cálculo estimado de creación de empleo durante los dos años que dura su construcción es de medio millar de personas por cada una, lo que significa alrededor de 6.000 puestos de trabajo hasta el 2013. Se trata, según la jerga política y sindical al uso, de uno de los más importantes ´yacimientos de empleo´ de esta región en los próximos meses y solo por eso habría de ser acogido favorablemente el plan. Pero la instalación de plantas termosolares es solo una parte de un sector que tiene grandes posibilidades, puesto que las energías renovables son estratégicas para la economía del futuro. Que Extremadura se posicione en ella en condiciones ventajosas es una posibilidad que la región no puede permitirse despreciar.