La urbanización Ceres Golf de Cáceres es un bloque tumbado por decisión de la alcaldesa de Cáceres y una comunidad de propietarios por decisión judicial aunque los propietarios no tenemos nada en común: nada. Salvo las deudas, claro. Somos un barrio "privado" pero de acceso público dado que hay un club de golf, una ermita y un hotel en reconstrucción. Tenemos nuestro alumbrado público financiado por los que aquí vivimos. Mantenemos las calles, tuberías, farolas y setos pese a que no son nuestros sino de la promotora. Nos condenan a pagar por no tener depuración porque el promotor nunca pidió un permiso de vertidos. Pensaría que los que viviríamos aquí no defecaríamos ni lavaríamos ropa. El ayuntamiento no controló la ejecución de la urbanización porque según dice no le correspondía. Tampoco la Junta de Extremadura porque derogó la Ley de Oferta Turística Complementaria con la velocidad del rayo. Judicialmente condenados a buscarnos la vida, las autoridades achuchando y socialmente vistos como "los ricos que se han ido a vivir allí que se las arreglen". Pagamos IBI, claro. Quién sabe para qué. Somos suelo urbano: ¿sabrán las autoridades municipales qué implica eso? Nos dan cédulas de habitabilidad y licencia de primera ocupación sin tener depuración. Estupendo. ¿Sabe quién compra un piso en otro barrio dónde van sus aguas residuales? Lo dudo. ¿Qué pedimos? Coherencia en las acciones, diálogo y entendimiento. Y ayuda, mas allá de quién sea el promotor.