THtace unos días toda España era un clamor contra los controladores aéreos que insensibles al momento crítico de la economía, los ruegos de las agencias de viajes, los espasmos agónicos de los tours operators, el estado terminal del turismo, el cabreo de Aena y las amenazas de Blanco anunciaban una nueva huelga para mediados de agosto. Curados todos los enfermitos que con sus turbias bajas atentaban contra los viajeros que sin cobrar lo que ellos se las apañan para disfrutar de unas merecidas y cortas vacaciones, ahora iban a sazonarlas con innúmeros sobresaltos aeroportuarios. Toda España era un clamor y al ministro se le agotaba la santa paciencia. Editoriales en los periódicos, comunicados de los empresarios, quejas de los turistas, cartas abiertas de controladores buenos y controladores malos, impotencia y hartazgo. El enemigo sin rostro eran ellos, esa panda de ricachones capaces de hundir España, pasando de la crisis de todos, insolidarios, corruptos y endogámicos, chantajistas y mentirosos. Porque cuando uno sube al avión la vida depende de sus forradas manos --además de las del ingeniero aeronáutico, los obreros, los operarios que revisaron el avión, los peritos responsables del último reconocimiento, el copiloto y el piloto--. Así que ¡cuidadito con ellos! Y de pronto el monstruo sin cara nos mostró la de César Cabo y el odio se convirtió en amor. Un chulazo glamouroso y listísimo sonríe y explica que todo ha sido un malentendido y que nos quieren y velan por nosotros. Las páginas de internet se llenan de mensajes enamorados: "César Cabo, queremos que nos controles", el golpe mortal para nuestro turismo es ya caricia y las aguas procelosas de la negociación balsa de aceite. Controladores, agencias, empresarios turísticos, Aena y ministro encantados de haberse conocido. Pues qué bien. Que ZP tome ejemplo de Merkel rodeada de ministros guapísimos y divertidísimos, tipo Cabo, para escarnio de los dinosaurios del partido. Yo desde luego prefiero que ese bellezón me controle incluso las constantes vitales a que Blanco me suba el IRPF.