Según los datos últimos de Mepsyd e INE, Ceuta es la única provincia donde el fracaso escolar entre chicos y chicas está igualado, no es un buen dato para ninguno de ambos pues la tasa de fracaso allí es del 52% aproximadamente por cada sexo.

Cáceres es el polo opuesto, la provincia donde mayor diferencia existe, ni más ni menos que 22,9 puntos de diferencia, los chicos están en el 45,5% de fracaso y las chicas en 22,6%. En referencia a otras provincias también nos llama la atención que sólo Ceuta, Castellón, Alicante y Almería nos superen en fracaso masculino, en el femenino hay 27 provincias que nos superan, es decir estamos por encima de la media en "buenos resultados".

Lo aconsejable o las metas propuestas por la Unión Europea es no superar el 10% de fracaso escolar en global y ninguna comunidad o provincia alcanza ni por asomo dichas cifras aunque si nos fijamos sí es cierto que las féminas de Guipúzcoa, Asturias y Soria incluso rebajan el 10%, las sorianas por ejemplo alcanzan el 7,1%.

La explicación a tal fenómeno habría que buscarlas en muchos sitios y ámbitos aunque alguno nos parezca cuanto menos curioso. El ambiente familiar es el principal, parece que los hijos se prestan más a buscar salidas laborales a corto plazo y las chicas a largo, cuanto más duren sus estudios más tarde empezarán a trabajar, o bien en algunos sitios se mantiene la máxima de que es el varón al que le urge buscar las habichuelas, algo impropio del siglo XXI pero que por desgracia mantenemos en nuestro subconsciente.

También influye la geografía, el medio rural, lo cosmopolita de la ciudad y la oferta turística y sobre todo el clima. Mucho sol es nefasto para el estudio de ambos sexos, Ceuta, Alicante, Santa Cruz de Tenerife,- a excepción de Teruel, y cuanto menos sol mejores son los resultados y aquí no hay excepción. Los datos atmosféricos típicos de cada provincia nos indican que la climatología afecta tanto a chicos como a chicas, negativamente en unos casos y positivamente en otros. Además del clima si vives en poblaciones turísticas o de renombre marchoso también el fracaso se dispara y no sólo es por el abanico de actividades de ocio a los que nuestros jóvenes se enfrentan. El trabajo rápido y de fácil acceso sin formación previa en ciudades cosmopolitas resulta atractivo para nuestra juventud que prefiere trabajar antes que estudiar o al menos compaginar sus estudios con un dinero extra que les permita algo de autosuficiencia frente a la manutención familiar.

Datos interesantes y preocupantes, sorprendentes y evidentes a la vez tanto problema con el fracaso escolar y la solución al final pasa por mandar a nuestras jóvenes a Soria y a nuestros chicos a Asturias, eso sí- con una rebequita.