Profesor

Decía el padre de Alejandro Magno, Filipo de Macedonia, que ´todos los pueblos tienen su precio´. Este los compraba con mulas cargadas de oro e incluso, extendía esta creencia de posible compra también a los hombres. ¿Lamentablemente tenía razón Filipo? Visto el panorama político español, ¿es preferible comprar voluntades que ganar elecciones democráticamente?

No hay que irse a la Grecia helenística para encontrar evidencias de que los hombres, hoy en el siglo XXI, tienen lamentablemente su precio. Las excepciones, maravillosas y tranquilizadoras excepciones, confirman esta triste regla.

riano Fernández Bermejo, Fiscal en Madrid con dos pares de narices, dice ´que el tema de la Asamblea de Madrid huele a podrido´. Ya veremos lo que dura en el puesto. Cuando la política coge derroteros chabacanos e impresentables, puede que siga siendo política para quienes la sostienen, abierta o escondidamente con estrategias y modos desleales pero, y ahí están los resultados: para el resto de los ciudadanos supone una pérdida de credibilidad notable hacia las elecciones y la ´cosa pública´. Somos el país de la zona euro donde más ha subido la vivienda desde 1998, ¿tiene esta cuestión que ver algo con el asunto Asamblea de Madrid? ¿tienen que ver los precios del metro cuadrado de la vivienda con el costo de un voto? o mejor dicho, ¿con el precio de algunos y algunas que son votados o votadas? Mi amigo José, que es albañil, está hasta la moña de estas cuestiones, el pobre sólo piensa en tirar de su casa a base de chapuzas y alguna que otra rehabilitación; eso sí, con IVA y declarándolo a Hacienda por si acaso. ¡País de grandes chapuzas de guante blanco y cuello duro!