Aún está a tiempo el expresidente Aznar de decir algo sobre la foto de las Azores, empezando por si era verdad que hacía tanto viento, para aparecer así de despeinado. Y es que, según el 'informe Chilcot', hasta el lugar donde se fotografió con los expresidentes Bush y Blair sería también falso. Dicho de otro modo: que, respecto a la guerra de Irak, solo los muertos y la destrucción del país fueron verdad.

Ciertamente, el informe no es un informe sino una enciclopedia de varios volúmenes, el resultado de siete años de investigación, por lo que el expresidente Aznar quizá no haya podido leerlo completo. Pero el contenido lo conoce, siendo uno de los protagonistas. Y aún está a tiempo de ensayar alguna disculpa, a ser posible con idéntica autoridad moral con la que afirmó que Blair y él estaba trabajando por la paz, haciendo todo lo posible por evitar la guerra. Puede alegar, por ejemplo, que también a él le engañaron, haciéndole creer que Irak era un almacén de armas y un peligro para Occidente. O puede decir que qué iba a hacer, si se lo pedía Bush .

Aunque así no remedie nada, evitará al menos que el presidente Rajoy diga lo que dice, como que esa guerra es "algo" que ocurrió hace ya muchos años y que él está muy ocupado. Y evitará asimismo que Federico Trillo , manda huevos, todavía asegure que "España no estuvo en Irak, que no pegó un solo tiro, que únicamente envió ayuda". Claro, y entre la ayuda enviada estaban los 11 españoles muertos, periodistas aparte. En fin, evitará la posibilidad de que alguno de los que formaban entonces su gobierno salga diciendo que la guerra de Irak no existió.

Es difícil que el expresidente Aznar logre borrar la imagen del rancho de Crawfrod, cuando Blair puso sus condiciones sobre la mesa y él solo puso los pies. Pero aún está a tiempo de aliarse con la confesión de exprimer ministro británico, que asume la responsabilidad. Ni siquiera hará falta que pida perdón. Bastará con que reconozca que incluso el despeinado de las Azores era mentira.