WHw oy comienza la cuenta atrás de los Juegos Olímpicos de Pekín-2008. Faltará justo un año para la inauguración de un acontecimiento que es mucho más que unos JJOO. A las ocho y ocho minutos del día 8 de agosto (mes ocho) del 2008 (el ocho es el número de la suerte en China), comenzará la ceremonia inaugural de una cita que, en la vertiente deportiva, nadie duda de que saldrá redonda. China se ha propuesto ofrecer al mundo la mejor de sus imágenes y no va regatear medios para lograrlo, como se puede apreciar en el gran despliegue de instalaciones y sedes que, a partir de este mes, y hasta finales de año, está culminando para acoger a los más de 10.000 atletas de 28 deportes que se reunirán en la ciudad.

Pero Pekín y China se la juegan en otros muchos terrenos que no son los meramente deportivos. El expresidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, en su última gestión personal antes de dejar el organismo en el 2001 en Moscú, logró situar a Pekín bajo los focos con la designación de la ciudad. La decisión fue muy criticada. La parte positiva es que a partir de esta misma semana, con el comienzo de la cuenta atrás, y hasta que finalicen los Juegos, el 24 de agosto del 2008, más de 30.000 periodistas e informadores estarán permanentemente con los ojos puestos en un país --futura primera potencia mundial, dicen-- que debe dar pasos inequívocos hacia la democratización. Su nivel de respeto a los más básicos derechos humanos es mínimo, y las reivindicaciones se le acumulan: Tibet, Taiwán, la persecución de la secta Falun Gong, el exilio uigur, las denuncias de las matanzas de Darfur... China se la juega.