WLwas tiendas de chinos son cada vez más habituales en la imagen comercial de una Extremadura que tiene censados casi medio millar de bazares de este tipo, el 3% de todos los que hay en España. Este dato se ha dejado notar ya en la balanza comercial de la comunidad autónoma con China, país con el que se han multiplicado por cuatro las importaciones desde el año 2.000.

Este tipo de establecimientos basan su éxito en la amplitud de horarios, bajos precios y en la introducción de nuevos hábitos de consumo y demanda, lo que sin duda viene a enriquecer la oferta comercial. Sin embargo, su proliferación ha suscitado ya la voz de alerta sobre estos negocios basados en grandes dosis de sacrificio personal y familiar, y sobre los que ya hay numerosas denuncias por incumplimiento normativo de aspectos como la calidad y seguridad de los productos que ponen a la venta, la situación de irregularidad de sus empleados o la opacidad fiscal de sus actividades. Aunque las acusaciones podrían no ser generalizadas a todo el empresariado chino, el datos que no pueden olvidarse en una región como Extremadura, donde gran parte del peso de su economía está en manos de pequeños y medianos autónomos, la tienda de la esquina de toda la vida.