TDte tanto darles vuelta tengo en la cabeza una maraña de datos. Intento desenredarlos, ponerlos en orden y ver si encajan. Tengo la impresión de que, compuesto el puzzle, vería el dibujo del expolio al que se está sometiendo a quienes, sin arriesgar, pretenden sacar algo de rentabilidad a sus ahorros. No quiero mezclar churras con merinas, pero mientras más vueltas doy a los datos, más fuerte es la sensación de que nos están saqueando. Ahí va el primer dato: el IPC cerró 2012 en el 2,9 %, pero resulta que lo que los bancos nos dan por el plazo fijo está por debajo de la inflación, como mucho el 2,75. Ese es el segundo dato. Vamos al tercero: de los magros intereses que el depósito genera, Hacienda se lleva el 21%, muy, muy, muy por encima de la subida del IPC.

Me pregunto si no es un castigo por disponer de un pequeño capital que, en muchos casos, proviene de la indemnización por despido de la que hay tirar una vez agotado el tiempo de la percepción por desempleo. ¿Es justa una contribución tan alta? ¿No es un expolio? Y el cuarto dato que apelotona más la maraña. La "amnistía fiscal" que el gobierno puso en marcha para que saliera a la luz el dinero negro. Los defraudadores solo tendrían que pagar entre el 8 y el 10 % de los impuestos que les corresponderían, y además no serían castigados. Borrón y cuenta nueva. El caso es que ni siquiera se han cumplido los términos de tan generosísimo e injusto ofrecimiento. El ministro Montoro desveló esta semana en el congreso que 618 sociedades han pagado una media del 3 % por el blanqueo. Es decir, ¿ellos, por su dinero negro, pagan un 3, y a los demás, por ser nuestro dinero blanco, nos quitan el 21? ¿Estoy mezclando churras con merinas y me hago mala sangre sin necesidad, o el puzzle que componen los datos dibuja un expolio a todas luces injusto?