TEtl espectáculo del Tour está siendo una desgracia para todos los que amamos el ciclismo. Creíamos que con el caso Landis había tocado fin; que con la Operación Puerto había tocado fin; que con Vinokourov había tocado fin. Pero luego, vino Moreni. Y un poco más tarde la obligada marcha de Rasmussen, el líder indiscutible de la carrera. Y cada vez que los aficionados ponemos la televisión o la radio o miramos el periódico para saber qué ha pasado en la carrera, nos encontramos con registros, detenciones, descalificaciones, retiradas con nocturnidad y alevosía. Pero, ¿es que los ciclistas son todos unos delincuentes? ¿Es que el ciclismo es la única disciplina en la que los deportistas se dopan? Casi todos los grandes de los últimos años están bajo sospecha. Pronto no van a poder salir a la calle por miedo a ser linchados.

Como creo firmemente que los ciclistas no son peores ni mejores deportistas que los futbolistas, los atletas, los jugadores de golf, los nadadores o los corredores de motos o de coches, ¿qué es lo que está pasando para que un deporte tan grande y tan espectacular no sólo esté a punto de desaparecer de las disciplinas olímpicas, sino, lisa y llanamente, de desaparecer del mapa? No es lógico que sólo se dopen los ciclistas por más que su deporte sea tan duro, tan esforzado y se practique en condiciones muchas veces casi inhumanas. Y no es verdad que todos los ciclistas sean iguales. No lo son. La mayor parte son excelentes profesionales que se dejan la vida por un puñado de euros. Hay muchas profesiones y muchos deportes donde un tuercebotas gana mucho más dinero, tiene más gloria o puede aspirar a un mayor reconocimiento social y económico.

No es de recibo que nos carguemos un deporte tan grande ni carreras espectaculares como el Tour o la Vuelta, aunque algunos están intentándolo. No es posible que el esfuerzo de muchos patrocinadores acabe por los suelos y se retiren del juego. No es de recibo que se condene a los ciclistas sin oírles, sin darle la posibilidad de defensa, como en la Operación Puerto. En el ciclismo no hay presunción de inocencia. Todos son culpables. Pues no. Hay que apartar a todos los que se dopen. Pero no sólo en el ciclismo. .