TEtl político recorre a lo largo de su vida diversos ciclos de forma involuntaria. A veces, el estar por encima de todo le hace decir y hacer locuras, como la de Aznar diciendo que limitaba su mandato y después se lo limitaron también las urnas. El político, cuando triunfa, hasta cierra su correo electrónico. No necesita que nadie le escriba ni le dé ánimos ni se los quite. Se sobra solo. Aznar, en ese momento, hasta casa a una hija donde ni siquiera se atrevió Felipe II. En provincias y regiones, se le ve sobrado. Aquí, en Extremadura, hasta viene Darío Fo y es una noche de gloria de la llamada izquierda. Mientras, fuera aparecen periodistas que disparan, como don César Serrano , con el "paro sangrante". Por supuesto, no nos aclara cómo hay que solucionarlo. Las empresas están ávidas de subvenciones y el trabajador es tan puro que sólo quiere trabajo. Pero el político está en un momento álgido y aguanta los trallazos y hasta recorta relaciones. Está en su máximo estrellato.

En los tiempos de mar embravecida, el político perdedor pasa frío como lo pasa ahora Rajoy, y necesita que le escriban y que lo quieran. El admirador lo sabe y le escribe dándole ánimos, hablándole de su pureza, y el retraído ve demonios por todas partes. Aznar daba mandobles como un samurai divinizado, y ahora su gloria todavía no le impide ir con las gafas colgadas como un play boy de peluche, después de colgar en el water los papeles de INIA.

Qué raza es ésta que pasa de la gloria a la tumba bailando bajo la lluvia. Cómo se crece y se amoína. Cómo se diviniza o pasa al invierno más puro. Cuando llega éste es él quien escribe a sus amigos.

*Escritor y jefe de los Servicios

Territoriales de Cultura en Badajoz