No creo que haya ciencia que menos prestigio haya tenido que la Geología, por ello no es de extrañar que los geólogos seamos un rara avis en este país que sistemáticamente se ha dedicado a ningunear una ciencia básica para el desarrollo tecnológico de cualquier sociedad, encargada entre otros cometidos de encontrar nuevos yacimientos de materias primas, piedra angular del sostenimiento económico de todas las culturas actuales que nos hemos convertido en devoradores de energía.

Sin embargo, lejos de otorgarle la posición de primacía que le correspondería, la condenamos a ser impartida junto a la Biología, contando exclusivamente con un tercio del temario total, pues la mejor parte se la lleva la Biología. Si a esto añadimos que las clases de esta materia las realizan biólogos, porque hay más, y que si no se agota el temario, como suele suceder, la sacrificada es la ciencia que nos ocupa, entonces nos encontramos con un panorama desolador para la Geología, de tal modo que muchos alumnos cuando llegan a la encrucijada de elegir estudios universitarios posteriores, muy pocos se inclinan por las Ciencias Geológicas, porque sencillamente la desconocen, y lo que no se conoce es lo que no se ama.

¿Por qué una ciencia que también requiere cinco años de estudio como las Químicas, Físicas o Biológicas tiene que rendir pleitesía a sus hermanas y ser la cenicienta? Los geólogos que hemos opositado por Geología, lo teníamos, tenemos y tendremos crudo; primero porque el tribunal, si seguimos las leyes de la probabilidad, se compondrá mayoritariamente por biólogos; y segundo, porque los geólogos contamos con treinta temas frente a los cincuenta de los biólogos. Creo que competir así es manifiestamente injusto.

Si realmente apostamos por esto que llaman pomposamente I+D considero que la Geología debe jugar un papel de protagonista, busquemos nuevos yacimientos para no tener que importar tantas materias primas, y que nuestros jóvenes descubran esta ciencia tan injustamente maltratada.

Juan Carlos López Santiago **

Jaraíz de la Vera