TRtesulta significativo que una buena parte de las películas galardonadas con el Oscar se hayan podido ver en Badajoz en las pantallas de un cine "sin palomitas", el Avenida. Salvo el cibernético Señor de los anillos y alguna otra, hemos tenido el gusto de deleitarnos con Las invasiones bárbaras o con las excelentes interpretaciones de Mystic River en unas salas donde jamás suena un móvil, nunca chirrían los envoltorios de patatas fritas y casi siempre te proyectan trailers que incitan al deseo de seguir acudiendo al cine. Resalto este dato porque conozco muy bien los esfuerzos que el amigo Aniceto Portas y familia están haciendo contra viento y marea para que en Badajoz la oferta cinematográfica esté por encima de la siempre oferta comercial. Esfuerzos que, en ocasiones, no se ven recompensados con la asistencia del público y que te pone el alma en los pies más de una vez cuando comprobamos cómo ante una obra de arte sólo hay una docena de espectadores.

El histórico solar del Cine Avenida donde hace años se vivieron momentos para la libertad protagonizados por aquellos cantautores que al reclamo de Antonio Covarsí y otros llegaron para unirse al clamor popular, se salvó de un destino fatal cuando fue remodelado y pasó a propiedad municipal. El Ayuntamiento de Badajoz lo tiene arrendado a este leonés del Bierzo que insiste tenazmente en seguir haciendo honor a la historia del Avenida. Sé que algún día volverá a tomar la pluma uno de los muchos románticos que tenemos en Badajoz para glosar esas pantallas. Entonces habrá que hacer justicia a quienes la protagonizan ahora. Enhorabuena, Aniceto, por esos Oscar que tan merecidamente has ganado.

*Dramaturgo