Historiador

Estamos en plena etapa preelectoral y ya comienzan algunos a ponerse nerviosos. El PP, con el cambio de cabecera de cartel tiene una bicefalia que les está dando dolores de cabeza y disparan en todos los frentes para pescar en río revuelto. Así está ocurriendo con la lamentable, injusta, brutal y genocida guerra de Irak, con la manipulación del terrorismo interior o con otras cuestiones menos sangrientas y sanguinarias, pero también dolorosas como puede ser la política educativa o de vivienda.

Para el PP, los que nos oponemos a la violación de la soberanía de otros pueblos y no justificamos sus sinrazones, somos poco menos que colaboradores necesarios de los dictadores. ¡Pero si ellos son los herederos de la dictadura de este país! También, si no sacamos la navaja para despellejar a Carod-Rovira, casi nos alineamos en la colaboración con ETA. Descendiendo a cosas más digeribles, los que llevamos tantos años luchando por una educación justa, de calidad, igualitaria, universal, al no admitir su reforma reaccionaria y elitista, vamos a destruir el futuro de los jóvenes, que necesitan de la competitividad y los itinerarios alternativos .

Y, por si fuera poco, ellos han inventado la vivienda accesible para todos, el derecho al techo de los más desfavorecidos. Y nos acusan de que los demás no movemos un dedo por conseguir su abaratamiento, tarea en la que parece que se empeñan en solitario. Ellos, que están promoviendo planes urbanísticos especulativos, impulsando la vivienda de precio libre, la depredación del suelo público...

En fin, su ejercicio de cinismo está a toda potencia. Son capaces de pedir que los obispos, tan activos en sus proclamas últimamente, inicien el expediente de su subida colectiva a los altares.