TLta deuda de todos los niveles de administración pública española (central, autonómico y local) alcanzó en junio un récord tanto en cifras absolutas como en porcentaje respecto al producto interior bruto (PIB). Una circunstancia bastante previsible en el segundo caso, ya que el país sigue estando en recesión, es decir con un PIB que en lugar de crecer, decrece. Con menos actividad económica, incluso con la misma deuda, esta pesa más. Y si aumenta el déficit, porque no hay suficientes ingresos para sufragar los gastos, hará falta más deuda para pagarlo en el futuro.

Sin embargo, y a pesar de la dureza de la crisis y de su duración por encima de la gran mayoría de las previsiones, no ha sido hasta este año que España ha alcanzado la media europea de deuda pública respecto al PIB. Hasta junio estaba por debajo. Y en el 2007, al inicio de la crisis, marcaba hasta 30 puntos menos.

Más que la cifra (a pesar de su volumen, 943.702 millones de euros) lo preocupante es si hay o no capacidad para poder devolverla, o incluso para frenar su incremento. El Gobierno asegura que sí. Pero si no se genera más actividad económica, ya ha quedado demostrado que solo con una política de austeridad y de recortes de gastos no es suficiente.

Si se logra reactivar la economía, aunque aumente un poco la cifra de deuda esta pesará menos sobre el PIB porque este también crecerá. Como en una empresa, o una familia, el problema no es tanto lo que se debe, sino la posibilidad de pagarlo. Si hay ventas, en el primer caso, o trabajo, en el segundo, el pago de la deuda se afronta sin excesivos problemas.

El otro gran problema de la deuda pública española es que una parte destacada de su incremento procede de la conversión de endeudamiento privado en público, porque el primero tampoco se puede pagar. El endeudamiento privado duplica o triplica, según las fuentes, al público en España. La conversión de uno en otro se está haciendo de varias maneras. Una es a través de ayudas públicas directas a la banca. Un informe del Banco de España cifra en 60.000 millones el impacto en la deuda pública de las ayudas concedidas por el FROB desde 2009 a la banca privada. Pero también se convierte deuda privada en pública de forma indirecta cuándo se ofrece dinero del Banco Central Europeo a la banca al 0,5% con el que esta compra deuda pública por la que le pagan más de un 4%.