Hubo un momento días atrás en que esperé a última hora e ingenuamente que conseguiríamos realizar otra manifestación unitaria por el tren, por un buen servicio ferroviario, porque lo del tren digno ha dejado de gustarme ya que me suena al pedir pobre que siempre nos ha perseguido. Qué es un tren digno aparte del mínimo común denominador de compromiso político alcanzado, pues eso, lo mínimo, y tras años recibiéndolo, hay que aspirar al máximo.

Pero tampoco vamos a dramatizar, y no vale de nada, si el Pacto por el Ferrocarrril no ha conseguido convencer del todo a Podemos; ni es capaz de que el Movimiento por el Tren Ruta de la Plata crea que de verdad se lucha a la vez por la alta velocidad y por el ferrocarril convencional -otra indefinición, un término por sí confirmista-, ni igualmente ha sabido integrar la forma de hacer de la plataforma Milana Bonita. Entidades todas ellas no partidarias del trabajo del Pacto en sí, aunque Podemos ha dicho que sí estará en Cáceres el próximo domingo 18.

Se conoce ya el proyecto de recorrido, que se elevará seguramente a definitivo. Arranque en la estación ferroviaria de Cáceres, y fin en el paseo de Cánovas. Me habría gustado más la plaza Mayor, lugar como la homónima de Plasencia, o las de San Francisco (Badajoz) o de España (Mérida) de las grandes celebraciones y exigencias ciudadanas. Aunque seguramente un recorrido demasiado largo si se elige empezar en la estación de trenes.

Podemos estará, y eso es bueno. El partido morado, de Pablo Iglesias, de Irene de Miguel, y de Álvaro Jaén, trata de guardar un equilibrio entre las líneas de alta velocidad, costosas, modelo de excesos en algunos casos sonados, y lo que es un servicio ferroviario más apegado a las medias distancias y exigente en menor grado de presupuestos públicos.

Ese partido pide a escala estatal una moratoria en la construcción de líneas de alta velocidad (LAV), pero su portavoz parlamentario en la materia Sergio Pascual, extremeño (Plasencia) de nacimiento pero criado en Sevilla, ha escrito y dicho claro, dejando colgados de la brocha a los defensores de otras posiciones radicales o radicalistas, que los trayectos ya planificados y/o en ejecución como la línea Madrid-Badajoz-Lisboa deben realizarse.

A la manifestación de Cáceres sí se suman dos asociaciones y colectivos ferroviarios. La Asociación Extremeña de Amigos del Ferrocarril, y el grupo Línea Madrid-Ciudad Real-Badajoz. En la primera habita un predicador en el desierto, un ex director general de Transporte de la Junta, Ángel Caballero, que no se cansa de decir que somos pobres para pedir y que dejémonos de tren digno para reclamar una buena infraestructura de alta velocidad -doble vía y electrificada- porque lo demás son monsergas, además de por supuesto la mejora y electrificación de Extremadura-Sevilla y Badajoz-Puertollano.

El segundo colectivo realiza un buen trabajo a favor de una línea vital para la Comunidad como es esa de Badajoz a Puertollano, con enlace en esa ciudad y Brazatortas a la LAV Madrid-Sevilla, y entronque en Alcázar de San Juan con un gran distribuidor ferroviario hacia Levante y el oriente andaluz.

Milana Bonita dice que ellos ya hicieron su propia manifestación, el 8 de septiembre, y continúa despotricando de “los políticos”. Se les convenció a última hora para ir al 17 de noviembre en Madrid el año pasado pero no para esta porque en aquella se sintieron “traicionados”. Todas las posturas son admisibles, todas las convocatorias caben, mejor unitarias pero en todo caso que no cesen. El papel de Milana en las redes sociales, y como colectivo ciudadano con hartazgo político, tan popular, ha demostrado una importancia de aquellas que en muchas ocasiones están eclipsando a las viejas estructuras de gestión y movilización.

Ahora estamos en la etapa de exigir aceleraciones, y máximas, en las inversiones. Porque venimos de otra en la que no nos dimos cuenta de lo que se movía alrededor, en materia ferroviaria, y nos dejaba una vez más al margen. Un retraso que nos cuesta caro y no será fácil recuperar.