Catedrático de Economía

Lo grave de la carestía de la vivienda es que nadie sabe cómo pararla. Las explicaciones del aumento de precios debieran dar una pista para detener la subida. Pero no hay acuerdo sobre sus causas. ¿Es que los españoles ganamos más? ¿Es que la rebaja de las hipotecas hace más racional comprar que alquilar? ¿Es que los ayuntamientos especulan con el suelo para financiar sus crecientes competencias y las demandas ciudadanas? ¿Es que no se construye de forma más barata? Quizá todos los argumentos tengan algo de verdad. Si el problema fuera un exceso de demanda, no habría más remedio que aumentar la oferta. Y si estuviera en que se restringe artificialmente la oferta, habría que quitar esas restricciones. En todo caso, parece que la oferta es la clave de la solución.