Un equipo de científicos surcoreanos ha conseguido demostrar, por primera vez, que ha clonado un embrión humano (un blastocito con una semana de desarrollo) y ha logrado obtener de él líneas de células madre con capacidad de crear tejidos de recambio . Las posibilidades terapéuticas de este doble éxito son realmente prometedoras. La oportunidad de crear bancos de tejidos sin necesidad de donante ni problemas de rechazo, y utilizarlos para avanzar en la curación del alzheimer o la diabetes, es demasiado esperanzadora para frenar la investigación.

Sin embargo, hay consenso en que éticamente deberían seguir cerradas puertas que pueden abrirse técnicamente. Debe evitarse la clonación reproductiva, por insegura y porque crear una fotocopia viviente de otra persona negaría el derecho a ser un individuo. Hay también posturas encontradas ante la creación de embriones para extraer células madre. Es un debate que debe desarrollarse. Aunque utilizar, como se ha hecho ahora, tejidos obtenidos a partir de una célula clonada de una donante, y no una nueva vida diferenciada, fecundada por un hombre y una mujer, debería evitar dudas éticas, en lugar de incrementarlas.