El coche más ecológico que has visto en tu vida es el troncomóvil, aquel vehículo que recorría los pedregosos caminos del ficticio mundo que habitaban los entrañables hermanos Picapiedra, Pedro y Pablo. Estos personajes de dibujos animados que tan buenos ratos --en blanco y negro, pero buenos-- nos hicieron pasar de niños, se servían de sus piernas para mover su automóvil fabricado con troncos de madera, y en tramos llanos alcanzaban velocidades sorprendentes. El coche menos ecológico que has visto no ha sido en una película de dibujos animados, sino en la vida real, hace ya varios años. Era una vieja camioneta con motor diésel, que despedía un humo negrísimo por su tubo de escape, e iba dejando tras de sí una estela irrespirable. Su conductor no era un entrañable personaje de dibujos animados, sino un hombre de aspecto rudo, que quizá fuese muy simpático, pero, por desconocimiento del daño que estaba haciendo al medio ambiente o por desidia, dejaba que su cacharro produjera más dióxido de carbono de la cuenta. Supongo que hoy no se le hubiese permitido transitar en esas condiciones. Pero si el ecológico troncomóvil es una quimera, porque a ver quién es el valiente que lo hace andar cuesta arriba a golpe de pierna, el supuestamente ecológico coche eléctrico --bueno, bonito y caro-- no. Y ahí lo tenemos ya, recorriendo las calles y las carreteras sin despedir gases contaminantes, ni más ruido que el que emiten sus ruedas al tocar el asfalto. Pero en algunos casos lo idílico tiene su parte de desencanto, y este es uno de ellos. Este coche necesita unas baterías que se fabrican con litio, un mineral que se extrae a cielo abierto y contamina al ser procesado; y, además, requiere bastante agua para ello. Por otro lado, esas baterías también necesitan cobalto, un mineral que se extrae en minas de África, en las que trabajan personas en condiciones infrahumanas a cambio de salarios miserables. Pronto la mayoría de los coches serán eléctricos, y la atmósfera recibirá menos CO2. Aunque cabe preguntarse si realmente la tierra y muchos de sus habitantes recibirán mejor trato.