Siempre se dijo que el periodismo era la mejor profesión si se sabía dejar a tiempo. ¿Tendría poderes de adivinación el autor de la frase y aludiría, sin saberlo, a Letizia Ortiz, que de TVE va a pasar a ser la reina de España? Aún no ha cobrado el finiquito y ya es la prometida del futuro rey Felipe VI. Carrera más rápida no puede ser.

Es una profesión que proporciona contactos. Oportunidades no faltan para encontrar algo más rentable o una tarea que esclavice menos. Hasta ahora se ponían siempre los mismos ejemplos. El de algunos que han aprovechado el conocimiento del oficio y sus interioridades para montar un gabinete de prensa o han aceptado dirigir un gabinete de comunicación de una gran empresa o institución. Es el caso también de los que se han ido a la política. El de los que se pasaron a la docencia, para formar a nuevos periodistas, algunos de los cuales --fieles a la tradición-- han sabido dejar la profesión a tiempo, con la experiencia suficiente para utilizarla en otra actividad.

La colega Letizia aporta un nuevo ejemplo a las salidas que puede tener el oficio de periodista en el mercado de trabajo. Su caso se citará como el más singular y es un honor para la profesión que haya ocurrido en España. Del trabajo de informar, que con más o menos acierto desempeñan muchas mujeres y hombres en este país, pasará a ejercer de reina. Ocupa la única plaza vacante que había y pueden pasar décadas sin que haya otra. Ahora se ha de reciclar. Ocurre siempre que se cambia de actividad. La han tranquilizado. Ser reina no es tan complicado y su futura suegra, que conoce el oficio, la pondrá al día.