TEtn España, somos mucho de empezar las casas por el tejado. Comenzamos los proyectos por la techumbre, y nos olvidamos de la importancia del terreno y los cimientos sobre los que se va a sustentar cada edificio. Evidentemente, en la construcción de cualquier edificación, hay que empezar por la base, porque si no se hiciese así, acabarían construyéndose tejados en el aire, lo que supondría una acción alocada e inútil, además de metafísicamente imposible. Con esta disertación, no pretendo dar lecciones acerca del orden lógico o la coherencia constructiva. Porque es algo que todo el mundo conoce. Lo que persigo, exponiendo este ejemplo, es situar ante el espejo a quienes impulsaron la edificación de un barrio nuevo, con 2.750 viviendas, a unos 6 kilómetros del centro urbano de la ciudad de Badajoz, sin prever que, cuando viviesen allí miles de personas, habría niños que tendrían que ir a la escuela.

Y eso, precisamente, es lo que ocurrió con Cerro Gordo. En pleno boom inmobiliario, la Junta de Extremadura promovió la construcción de una gran urbanización en Cerro Gordo, vía PIR (Proyecto de Interés Regional) ante la disconformidad de un Ayuntamiento de Badajoz, presidido por Miguel Celdrán , que proponía hacer lo mismo, pero en terrenos mucho más cercanos a la ciudad, por aquello de poder facilitar lo antes posible, y de la mejor manera, los servicios básicos que todo núcleo de población requiere.

La Junta de Ibarra , sin que se supiese muy bien el porqué, eligió el enclave de Cerro Gordo e ignoró las recomendaciones y reclamaciones del ayuntamiento. De aquella decisión, de aquellos polvos, vienen los lodos de que, después de más de 7 años desde la llegada de los primeros vecinos al barrio, la población del Cerro siga sin tener un colegio al que llevar a sus hijos. El día en que se abrieron las puertas del barrio sólo Celdrán puso 'peros' al modo en que se hicieron las cosas. Hoy, sus certeras palabras resuenan aún en el vacío de las parcelas en las que sigue sin construirse una escuela que evite a las familias tener que montar a sus pequeños, cada mañana, en un autobús que les lleve a los colegios de otros barrios de Badajoz. Entonces, era presidente Fernández Vara . Desde el pasado año, vuelve a ser el ocupante de la sede de Presidencia. Y ya va siendo hora de que los hijos de las miles de familias de Cerro Gordo disfruten de los mismos derechos que el resto de extremeños que contribuyen con sus impuestos a la hacienda regional.