WLw os más de 150.000 alumnos de Infantil, Primaria y Secundaria que iniciaron ayer las clases lo hicieron en un ambiente general de normalidad, con algunas incidencias , particularmente en Gargáligas, donde los padres decidieron protestar y no llevar a sus hijos al colegio hasta que aumente la nómina de profesores, y en Guareña, cuyo colegio está en obras. No se han producido los problemas del comienzo del curso pasado, cuando el empeño de la Consejería de Educación de hacer que todos los niveles educativos empezaran las clases el mismo día provocó un caos en Bachillerato, con alumnos sin matricular y horarios por hacer.

El que este año las clases en Bachillerato comiencen a final de semana da más tiempo a resolver este problema. Sin embargo, el inicio de curso no está libre de quejas de los sindicatos. Quejas que cobran mayor sentido porque son unánimes y, nuevamente, por lo que consideran falta de previsión de la administración educativa. El hecho de que haya comenzado el curso y continúen adjudicándose plazas de profesores interinos, algunas cubriéndose por el método de llamar a los interesados por teléfono; o que se saquen vacantes cuando ya los profesores han elegido destino, dice muy poco de la organización en la consejería. Año a año, parece inevitable la sensación de que el comienzo de curso, aunque es una fecha marcada en el calendario y siempre prevista, arrolla a quienes tienen que organizarlo. Como si faltara tiempo, como si fuera, en parte, fruto de la improvisación.