Pueblos y ciudades se sacuden el frío al grito de "un Carnaval para cada uno y todos para el Carnaval". Comparsas y chirigotas recorren calles y plazas con sus canciones y piruetas. Un Carnaval más se pone en escena entre escenificaciones, humoradas y máscaras salpicadas de desenfrenos con las chispas de locos versos. Reinas con sus trajes, perlas, encajes y tintes embelleciendo carrozas y repartiendo sonrisas, charangas, murgas y cientos de representaciones desfilan entre el público que ríe y aplaude. Miles de juegos tradicionales, restaurados, ancestrales, bullangueros y sensuales se exhiben en estos días por toda la geografía de nuestro país. Se aplauden las canciones de las comparsas con sus letras graciosas entre rimas de cristal. Las mamás, con mucha imaginación, han preparado trajes, que en estos días sus hijos lucen en los respectivos desfiles. Las primeras noticias que se tienen sobre los carnavales se remontan a la antigua Grecia, pero es en la Roma precristiana cuando surgen como unas fiestas dedicadas a Saturno llamadas Saturnales y en homenaje a la loba de Rómulo y Remo. Posteriormente se llamarán Bacanales , en honor a Baco, rey de la fiesta y el vino. Procede del latín carne levare , levantar la carne. Ayer y hoy se caracteriza por ser una época donde se da rienda suelta al bullicio, la burla, donde no hay tabúes.

Creo que la alegría cura el corazón herido y que la carcajada y la burla con sus numerosos y heterogéneos eslabones no sacará al atribulado de la sima de sus desventuras. Después del Carnaval la convivencia de los hombres seguirá pareciéndose a una isla, cuyos macizos de roca serán la esperanza, los árboles sus sueños, las flores su soledad y los arroyos su insaciable sed.