Días atrás el vicepresidente Tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves , estuvo en el Congreso para presentar el Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local.

Chavez hizo un balance del fondo anterior, correspondiente al 2009, y dijo que había sido un instrumento extraordinariamente eficaz de estímulo de la inversión y de contención del desempleo, como respuesta a una primera fase de la crisis. La finalidad de dicho plan era la financiación de actuaciones generadoras de empleo y la mejora de los equipamientos, las dotaciones y las infraestructuras de nuestros pueblos y ciudades; y para ese fin se destinaron 8.000 millones de euros, que se tradujeron en la realización de 31.000 proyectos y trabajo para 426.000 personas, 181.000 de nueva contratación y 245.000 ya integradas en las empresas encargadas de la ejecución de estos proyectos. En la provincia de Cáceres supuso la ejecución de 726 proyectos y 5.217 empleos y en la de Badajoz, 780 proyectos y 5.936 empleos. Son cifras que superaron de largo las previsiones iniciales en un 53% y que desmienten las críticas de despilfarro y fracaso del objetivo del plan con las que el Partido Popular saludó el proyecto. Los datos, los proyectos realizados, los empleos creados o mantenidos, son más poderosos que las voces de quienes todo lo utilizan para desgastar al Gobierno. La mejor prueba es que en 2010 todos los ayuntamientos han vuelto a acudir al Nuevo Fondo Estatal para el Empleo.

XAHORA ES ELx momento del segundo plan que está enmarcado en la misma hoja de ruta y que incluye tres objetivos claros: el combate contra la crisis económica y sus efectos, la renovación del modelo de crecimiento económico con la consiguiente creación de empleo, y la garantía de nuestro modelo de protección social, algo vital para los socialistas. Todo esto supone un salto cualitativo, además de atender las necesidades directas de nuestros pueblos y ciudades.

Es el momento, pues, de apoyar la recuperación y la renovación del sistema productivo con una inversión de 5.000 millones de euros destinados a proyectos de inversión, buscando que nuestros pueblos y ciudades se constituyan en lanzaderas territoriales de la economía competitiva en un horizonte de progreso tecnológico, al tiempo que sostenibles en los terrenos económico, medioambiental y social.

Este último aspecto presenta una importante novedad respecto al plan precedente: los ayuntamientos podrán destinar el 20% del dinero que les corresponda a financiar gasto corriente con motivación social, especialmente para aquellos aspectos vinculados con la educación y la dependencia.

Sin duda, se trata de un esfuerzo extraordinario que en solo dos años habrá supuesto una inversión de 13.000 millones de euros, que significa el mayor esfuerzo inversor en el ámbito local de la democracia y que representa una apuesta clara y un compromiso con los ayuntamientos. Es continuar, frente a la parálisis de la inversión privada, manteniendo la inversión pública y la modernización de España. Es la materialización del compromiso del PSOE en sumar esfuerzos en la consecución de lo que hoy son los grandes objetivos del país y de todos los ciudadanos, como son la recuperación económica, el empleo y el bienestar social.

Los ayuntamientos, gobernados por diferentes partidos políticos, se han situado en la misma sintonía de onda. La práctica totalidad de los municipios --8.105--, en algunos casos agrupados por mancomunidades, han presentado un total de 30.620 proyectos con una previsión de generar o mantener un buen número de empleos directos, a los que se unirán los indirectos que se generarán o mantendrán como consecuencia de la ejecución de los proyectos.

Durante la comparecencia de Manuel Chaves, el portavoz del PP criticó el fondo con alusiones a la necesidad de reformar los criterios de la financiación local y a los déficits que acumulan muchos de nuestros municipios. La verdad es que los argumentos resultaron cuando menos llamativos, sobre todo si se tiene en consideración que el actual modelo de financiación fue aprobado en 2003 por un Gobierno del PP. Y es que los populares le han cogido tanto gusto a la oposición que se hacen oposición a sí mismos: a sus políticas y, en el caso del Fondo Estatal, a los ayuntamientos en los que gobiernan y, por añadidura, a los propios ciudadanos que los han elegido.

*Diputado socialista nacionalpor Cáceres