TTtanto Telefrontera como Localia, son focos de enorme difusión de nuestro carácter, de nuestras esperanzas y por supuesto de las desesperanzas nuestras de cada día. Es al mismo tiempo una película diaria, que sigue con curiosidad tanto por los bustos parlantes, o de personal de cata de sucesos y ruedas de prensa, así como de ese sujeto que trata de indagar en nuestros anhelos. Cuando habla Celdrán a caño abierto, tienes la sensación de que estás oyendo todavía al cómico Manolo Morán ya desaparecido que era fijo en todas las películas españolas. Celdrán nos devuelve a un tiempo pasado y sus electores se lo agradecen votándolo por su gracia y su salero. Está presente por supuesto don Teresiano que indaga en nuestras vidas con lenguaje de Valladolid, que impacta sobre todo si tiene al lado a la impar doña Cristina Herrera cuyo discurso es de estructura difícil y del que sólo entiendes la última palabra.

--Vamos a ver, pregunto, pero no quiero que se me malinterprete: Nuestros ancianos y jubilados, son tontitos...

Y tenía razón porque a los jubilados españoles lo único que nos falta es sacarles la minga de mear. Está todo tan controlado.

Muy divertida también fue la aparición del concejal de limpieza don Antonio Avila, que de todos los concejales es el que habla con más propiedad siguiendo las enseñanzas de su padre. Criado en los grupos José Antonio ha dejado allí grandes admiradoras como la que llamó para felicitar al concejal Antoñito por su buen hacer de limpieza general, lo que ávila agradeció como no era menos. Que Badajoz sea la ciudad más guarra del planeta, como decía la gran admiradora del concejal Antoñito, se debía a nosotros los ciudadanos y basta.

*Escritor