TLta diputada extremeña del Partido Popular María Pía Sánchez ha convertido en noticia lo que debería ser frecuente: votó contra las directrices integristas de Aznar , Acebes y Rajoy y su oposición a los matrimonios homosexuales. Habrá quien diga que la parlamentaria ha roto la disciplina de grupo, y tampoco faltarán los que critiquen que desde el escaño se anteponga la conciencia individual a los intereses de un partido. Pero si los grupos parlamentarios van a ser monolitos, nos podríamos ahorrar la elaboración de las listas y elegir simplemente a unos portavoces parlamentarios con voto ponderado.

Además de cumplir con su conciencia, María Pía Sánchez ha ejercido un saludable derecho al tiempo que hacía su labor de representar, puesto que entre los diez millones de votantes del PP tiene que haber varios millares que aboguen para que las personas homosexuales tengan todos los derechos ciudadanos. Cuando casos como este dejen de ser noticia significará que la democracia es más sólida que la disciplina de los partidos. Hasta que llegue ese día, no podemos sino felicitar a nuestra diputada porque su gesto, aunque no guste a algunos, nos ha hecho pensar a todos.

*Profesor y activistade los Derechos Humanos