TEtsta será la legislatura de las reformas de los estatutos de autonomía y también de la Constitución. Ese es el compromiso asumido por Rodríguez Zapatero que el ministro Jordi Sevilla está intentando llevar adelante. Lo primero que quiere Zapatero es que se celebre una Conferencia de Presidentes, pero claro antes de que se celebre ésa hay que prepararla e incluso fijar un orden del día sobre lo que trataran los 17 presidentes autonómicos.

¿Para que servirá esa Conferencia de Presidentes? Pues según pretende Zapatero , para que se fortalezcan los mecanismos de cooperación entre comunidades y se hable de los problemas de todos.

Claro que Zapatero ha decidido cambiar los métodos de trabajo y en vez de poner sobre la mesa una propuesta sobre qué debe de ser y de qué se debe de ocupar la Conferencia de Presidentes, lo que ha pedido es que las CCAA se lo digan a él; que en las comunidades no sientan que se les quiere imponer un modelo desde Madrid, sino que el modelo que resulte será el que hayan propuesto las comunidades.

Claro que desde el PP le exigen algo que no es descabellado: que el presidente, el Gobierno y el PSOE expliquen cuál es su modelo sobre la Conferencia de Presidentes, cuál su modelo territorial y cuál el alcance exacto de la reforma de la Constitución que los socialistas promueven. La postura del PP no tiene porque ser antagónica de la del PSOE. Zapatero propone un método de trabajo: recibir sugerencias de los demás, pero tiene una obligación como gobernante, decir qué piensa de las cosas y qué territorial tiene en mente.

El PP por su parte no debería de rechazar el método de trabajo propuesto por Zapatero , es decir, que las CCAA también opinen.

Cualquier reforma que afecte al modelo territorial necesita del consenso de los dos grandes partidos, de manera que el PSOE está condenado a entenderse con el PP si quiere modificar el modelo territorial y la Constitución. Se juega mucho Zapatero , pero también Rajoy .

*Periodista