TEtn Arabia Saudí hay una costumbre no escrita que prohíbe a las mujeres conducir, situación ésta que viene generando un grave conflicto por la oposición de algunas activistas, que han sido fuertemente perseguidas y criminalizadas por reivindicar su derecho a conducir su propio coche. Pero esta realidad está lejana, y es minoritaria. No obstante, sin querer entrar en paralelismo alguno, resulta chocante que a estas alturas de vida existan autoescuelas que decidan cobrar más caro a las mujeres por el hecho de ser mujeres, y esto pueda ser ratificado, en este caso, por un juzgado de lo contencioso administrativo de la Comunidad de Aragón.

Teniendo en cuenta, por ejemplo, la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de marzo de dos mil once según la cual los criterios estadísticos "no son aplicables a cuestiones relacionadas con la discriminación". Por cuanto que ha habido argumentos que han sido utilizados a favor de esta medida en el sentido de la afamada versión sobre la torpeza de las mujeres al volante. Lamentable, sin duda alguna, estos estereotipos.

XLO DUROx de este tipo de actuaciones, ratificadas en sede judicial lo constituye el hecho de representar intereses lesivos a los derechos de las mujeres, porque sí, pues esgrimir una estadística para respaldar una política que discrimina no creo que sea una buena política de empresa, ni mucho menos un buen ejemplo para la sociedad. Y más, cuando en este país ha habido una larga andadura por fortalecer derechos, y evitar segregaciones, lastradas por el paso del tiempo.

XEVIDENTEMENTEx no se trata de un precedente jurídico, pero sí es un antecedente negativo en el fortalecimiento de políticas de igualdad, más allá de consideraciones estereotipadas. Creo que argumentar, como lo hace la sentencia que es una práctica mercantil --de cotidianidad--, no es una gran doctrina jurídica, y se debiera haber sopesado el efecto que esto provoca en la sociedad, en general.

XHAYx que tratar de ir limando hechos y circunstancias que entrañan segregar por sexo, pues no ayuda nada al crecimiento intelectual y de derechos de este país. Y desde luego, sí que contribuye a trivializar sobre un tema que parece aventurarnos a adentrarnos a etapas ya superadas de nuestro país.

Parece que no cabe la posibilidad de recurso, pero esto no significa que no se pueda hacer nada, y buscar vías para confrontar este tipo de prácticas pues no estaba implicada una autoescuela la que recurrió, había otras más. Y, por tanto, sería interesante buscar mecanismos para que este tipo de situaciones no se produzcan; y desde luego, por lo que algunas hemos leído en el ámbito de la Unión Europea es un mal ejemplo para la imagen de nuestro país.

XCOMENCEx este artículo señalando el ejemplo de Arabia Saudí, que, como ya indiqué no es comparable, pero lo que es evidente que no es muy saludable que a estas alturas esta sociedad tenga que verse sorprendida por praxis que no conducen bien el camino de la igualdad.

Y, además, con los argumentos esgrimidos, llenos de vicios en relación a la capacidad menor de la mujer para ser una buena conductora, prejuzgando ya de inicio, y esto es lo que es realmente negativo. Tomar actuaciones y sancionarlas positivamente basadas en prejuicios, estigmatizando porque sí comportamientos y actitudes.

Me imagino que por los mismos argumentos esgrimidos se deberían poner en marcha políticas a favor de las buenas conductoras, y sobre todo, de la prudencia que se dice siempre de las mujeres, ahora que se quieren basar en las estadísticas, y esto debiera servir, en este caso, para rebajar multas o incidencias a la hora de la prudencia predicada de las mujeres.

Esperemos, pues, que estas políticas de empresas sirvan para ser rechazadas por los consumidores, en general, pues utilizar como estrategia de negocios la discriminación no debiera ser posible, adecuado, y desde luego, permitido por parte de las administraciones públicas.