El propietario de los terrenos en los que se encuentra la ermita la ermita cacereña de Santa Lucía ha vallado y sembrado la zona para impedir el acceso de los vecinos el día de la romería, que desde hace cuatro siglos se celebra en este entorno. El asunto, que está en los juzgados, parece ciertamente de chiste. Y es una lástima que se produzcan este tipo de situaciones porque afectan a una de las tradiciones más antiguas de la capital cacereña.