Aunque los rumores señalen a un hipotético traspaso del gastrobar Mastropiero --la joya de la corona de la noche cacereña tras una inversión de 800.000 euros en un edificio de Pizarro--, el hostelero Jose Parodi negó ayer que exista una operación para no seguir con él. "Ni se nos pasa por la cabeza", apuntó. Habría que romper un contrato de arrendamiento por 25 años con el propietario del inmueble. Ahí es nada.