Que el Ayuntamiento de Cáceres, aplicando un acuerdo del Gobierno, decida que la subida del IBI se mantendrá dos años más es una clara muestra de que las medidas que el Gobierno decidió hace dos años, que eran provisionales, estuvieron mal planificadas y que no se entra en el fondo del problema: no se trata solo de subir impuestos, sino de que el Estado aumente las transferencias de fondos a los ayuntamientos, la administración más cercana al ciudadano.