Sería bonito y hasta poético querer denominar los tiempos que vivimos como ‘de misterio’, llenos de enigmas a resolver. Puede. Pero parece más preciso y justo calificarlos de confusos, caóticos, mezclas de sinsentidos.

El país continúa sumido en la crisis catalana, que va dando giros de guión propios de un desgastado thriller político y con actores que no alcanzan la interpretación de cualquier película de sábado por la tarde. Para qué lograr un acuerdo cuando están deseando de soltar la caballería. Da la sensación de que hemos puesto a controlar un fuego a un equipo de pirómanos. Quizás la mecha estuviera prendida desde hace décadas, cuando cada uno se refugió en una bandera.

Confusión es que un tal ‘M. Rajoy’ aparezca hasta 35 veces en los llamados papeles de Bárcenas y aquí no pase nada. Con el 155 tenemos suficiente como para preocuparnos por otros números como los millones de dinero negro perdidos en quién sabe qué garajes y fiestas.

NO SOLO ESPAÑA vive confundida. Estamos en una época en la que los números importan, pero más según quién los vista. Si más de 300 personas son asesinadas por un camión cargado de explosivos esa gran tragedia tendrá la cobertura que se merece o pasará desapercibida, tal y como ha ocurrido con el atentado perpetrado en la capital de Somalia, Mogadiscio. Porque hasta para la muerte importa el color de la piel.

En Bruselas también andan confundidos porque resulta que hay acoso sexual en las instituciones europeas, como sorprendentemente también lo hay en Hollywood, como existe en casi todos los estamentos, lugares y culturas de este planeta. Pero son las mujeres las histéricas y locas.

En el Hollywood de la vida real, la Casa Blanca, están intentando manejar cómo y en qué medida desclasificar los documentos relacionados con el asesinato del presidente John F. Kennedy, allá en 1963. Cuarenta años han tenido que pasar.

Bien es cierto que el tiempo es el único que pone orden a la confusión del hoy, que le da narrativa. A gusto del narrador claro. Que se lo digan a la retórica nacionalista. Central o periférica. Suiza o andorrana. Que continúe el circo, que en tapar sus vergüenzas están consiguiendo un buen resultado. *Periodista