Ayer, por segunda vez en la legislatura, el Partido Popular propuso a la Asamblea la reprobación del consejero de Sanidad. Y esta vez, el parlamento --que representa al conjunto de la sociedad extremeña-- decidió a través del voto que éste no es el consejero que merece nuestra región. Su concepto de listas de espera como «periodo de reflexión para que los pacientes decidan si quieren operarse o no», es sólo una de las 50 razones que justificaron que el Grupo Popular pidiera el rechazo de la cámara. Este señor tiene a 97.000 personas en Extremadura «reflexionando» sobre si desean operarse o no, e incluso, invitándoles a marcharse a la sanidad privada.

Debemos añadir el oscurantismo de todo lo que rodea a este consejero, que ha provocado que tenga abierta en el parlamento dos comisiones de investigación al mismo tiempo, o que hayan sido más de veinte los escritos que se le han enviado por ocultar información a los diputados. Razones relacionadas con el fatídico concurso de las ambulancias, que ha provocado el desmantelamiento de siete empresas extremeñas, o que, a pesar de las falsas promesas, más de 100 trabajadores hayan sido despedidos, e incluso, que se haya acusado a los trabajadores de boicotear el servicio de ambulancias.

Por mucho que se empeñe el señor Fernández Vara en afirmar lo contrario, tenemos al peor consejero de Sanidad de la historia de Extremadura, incapaz de solucionar los problemas de falta de especialistas, de las vacantes por vacaciones de los médicos este verano, de la construcción o reformas de hospitales pendientes desde el comienzo de la legislatura, de la vulneración de los derechos de los opositores, y así hasta 50 razones para que el señor Vergeles no vuelva a pisar nunca más la Consejería de Sanidad.

Las 50 sombras de Vergeles, todas ellas, evitables, si aquella reprobación que desde el Grupo Parlamentario Popular se presentó en la Cámara extremeña en octubre de 2017 hubiese salido adelante con el apoyo de toda la oposición. Estos más de seis meses solo han servido para que el consejero de Sanidad demuestre que no ha sido digno de esa segunda oportunidad que entonces decidieron darle Podemos y Ciudadanos.

El virus Vergeles ha infectado nuestra sanidad pública hasta sus cimientos. Es preciso cortar en seco la infección y aplicar el tratamiento correcto para salvar lo que queda y para devolverle la tranquilidad y la dignidad al pueblo extremeño, insultado y humillado.