Los partidos extremeños lograron ayer el consenso para que el 7 de octubre el Pleno de la Cámara apruebe el Consejo de Administración de la futura Radiotelevisión Extremeña. Comienza así uno de los proyectos de comunicación de mayor calado desde que esta región es comunidad autónoma. La tele regional --y también la radio, no hay que olvidarlo-- se convertirá, desde el mismo día en que nazca, en una formidable herramienta de información y conocimiento. A los miembros de ese Consejo les cabe una extraordinaria responsabilidad: diseñar un modelo que, a la vez que aumenta la cohesión entre los extremeños, aumente su libertad. Por esto, al Consejo de Administración habrá que demandarle que se comprometa con una tele que fortalezca la opinión pública. Extremadura tiene una opinión pública débil, y de ello tenemos responsabilidad los medios de comunicación regionales. Nos encontramos, por tanto, ante una gran oportunidad de desarrollo del debate, de la circulación de ideas. Una oportunidad de ganar en democracia. Por eso causa estupor que el PP empiece sustituyendo a Oscar Baselga por el mero y legítimo hecho de que se postule para presidir el partido. Suena a represalia. A castigo del disidente. Mal se compadece este gesto con una televisión plural.