Hasta hace poco la tierra era un vasto mundo donde las actividades y obras humanas no constituían un problema grave para el medio ambiente.

Sin embargo ahora, debido al crecimiento de la población y a su frenética actividad de generación de riqueza, el planeta está pasando por un período de cambios fundamentales e impactos a la naturaleza graves.

Nuestro mundo de más de seis mil millones de habitantes debe dar cabida y alojamiento en un medio ambiente finito a un número cada vez mayor de seres humanos.

Se prevé que la población podrá estabilizarse entre los 8 y los 14 mil millones en algún momento del presente siglo. Mientras eso sucede, más del 90 por cien del aumento que la población se da en los países más pobres y aproximadamente el 90 por cien ocurre en zonas urbanas.

Por esta creciente urbanización, las ciudades son hoy las principales responsables del consumo de los recursos naturales y de que el impacto ambiental sea cada vez mayor con el consiguiente peligro del agotamiento de los recursos y la escasez de energía entre otros muchos problemas.

La construcción es, hoy por hoy, la actividad menos sostenible del planeta. Sin embargo, el alojamiento, trabajo, cultura, ocio, etcétera de la civilización contemporánea dependen de una gran variedad de construcciones. Vivimos en casas u hoteles, trabajamos en oficinas e industrias, nos abastecemos en tiendas y centro comerciales y nos recreamos en cines, teatros y todo tipo de espacios abiertos o cerrados.

Según se señala en la Carta Europea para la Energía Solar en Arquitectura y Urbanismo de la Unión Europea, la mitad de la energía consumida en Europa se invierte en el funcionamiento de edificios.

Esta situación requiere un cambio de actitud en todos los actores, públicos y privados, implicados en el quehacer constructivo.

Debemos de ser conscientes de que la tierra es una pequeña y frágil esfera que no podrá seguir soportando por más tiempo la acción depredadora de las actividades humanas.

Se hace necesario por tanto, la obtención de un modelo de construcción sostenible que permita el mayor respeto medioambiental y el uso de fuentes de energía que sean renovables.

Los arquitectos, como planificadores y diseñadores de ciudades y edificios, tienen un importante papel que desempeñar en ese cambio.

*Director Revista Habitex