XSxomos muchos los que nos preguntamos por el papel de la universidad en el desarrollo de nuestra región. Para los que tuvimos la suerte de conocer su nacimiento y participar en el debate y la ilusión generados en los procesos de ampliación y reforma de aquélla, no es grato oír opiniones que niegan la importancia de su impronta en Extremadura.

Aún es pronto para juzgar su influencia en el progreso de los extremeños. Comparada con otras universidades de más solera, es joven y como tal tiene derecho a equivocarse, aunque muchos dirán que no demasiado teniendo en cuenta que el dinero público es el que la hace funcionar. Está claro que la institución cumple un papel. Hoy, una gran mayoría de jóvenes nacidos aquí estudia en la Universidad. Son generaciones preparadas, con perfiles distintos al de sus padres y abuelos, con preocupaciones e intereses similares a los de los estudiantes de otras zonas de España o del mundo. La aldea global y la expansión de Internet han conseguido mimetizar los gustos culturales y, si me apuran, hasta las vivencias de las masas consumistas, de modo que una ciudad (pongamos que hablo de Cáceres) puede convertirse por un día en la mayor lectora de un periódico gracias a la propaganda sobre un objeto de regalo acompañante.

Así que pudiéramos decir que por lo que se refiere a estas cosas estamos a la altura del mundo ¿por qué pues la pregunta con la que empieza este artículo? ¿Responde a la nostalgia de aquéllos que creímos en algún momento que la formación inteligente puede salvar a las personas y a los pueblos o es algo más general, fruto del conocimiento de una determinada situación? Digamos que un poco de cada.

La Uex empezó a funcionar en esta tierra en los años 70, una época difícil pero estimulante. La puesta en marcha de las carreras, la expansión de centros y departamentos, la búsqueda de instalaciones o su mejora, las muchas horas de preparación de los planes de estudio, las reuniones entre colegas, las negociaciones y los desencuentros entre los campus forjaron ricas experiencias y lazos indelebles entre quienes cooperamos en la empresa común. Muchos fuimos los que trabajamos, en la esperanza de estar construyendo Extremadura, comprometidos con el desarrollo de una institución que aspirábamos de élite intelectual y como tal propiciadora de nuevos aires de progreso. Sin decirlo propugnábamos un modelo de sociedad liderado por quienes poseen los conocimientos de modo que lo universal, base del estudio universitario, no olvidase el interés por lo cotidiano, por lo que preocupa a los extremeños.

Creíamos entonces que era posible incardinar el trabajo intelectual con el compromiso por Extremadura, de modo que un porcentaje de los recursos públicos que la universidad recibe revirtiesen en proyectos aplicados al progreso de la comunidad en todos los campos de desarrollo, incluidos los puestos de trabajo para nuestros titulados. La imagen de la Uex, con su amplia tutela sobre la vida de la zona en la que se asienta, era un sueño ilustrado que avivaba la imaginación y el deseo. ¿Por qué no se ha conseguido? Varias pueden ser las razones y escapan a este artículo. Hoy sabemos que la evolución positiva de las actitudes hacia una institución y la identificación con ella tienden a ser reforzadas o debilitadas dentro de las redes personales de las que forman parte los individuos. Una verdadera identidad universitaria es algo innovador que se difunde --o no se difunde-- a través de las redes personales e implica amplitud de miras y generosidad. Lo considerado socialmente prestigioso tiende a expandirse a través de los líderes de opinión y de cuantos deseen ser tenidos en cuenta en un lugar determinado. Y a la contra, lo que no se valora ni se imita ni se propaga, sobre todo si, bajo la defensa de una falsa intelectualidad independiente, se esconde un autismo malsano hacia situaciones y problemas del entorno más inmediato, aquél que se retroalimenta de nosotros y del que nos retroalimentamos. Si Extremadura necesita universalidad y sus ciudadanos sentirse ciudadanos del mundo, ¿será una utopía reivindicar una forma universitaria de trabajo que aporte su grano de arena al crecimiento, día a día, de nuestras ciudades y nuestra región?

*Secretaria de Educación de la

Comisión Ejecutiva Regional del PSOE