Cada año, los ciclista vemos cómo se incrementa el número de heridos en la carretera. Es cierto que se han establecido ciertas normas que velan por la seguridad de los cicloturistas, pero aún hay gente que premia el hecho de llegar cinco minutos antes a esperar el momento oportuno para realizar un adelantamiento sin peligro para un ciclista. Una vida vale más que cualquier otra cosa, por eso invito a quienes lean esta carta a reflexionar sobre la importancia de realizar correctamente estas maniobras. Como ciclista, veo infinitas infracciones por parte de nuestro colectivo, de las que no soy partidario, pero hay que recordar que bajo nuestra indumentaria hay una persona, una vida a quien alguien probablemente está esperando. Por eso creo que es necesario que tanto ciclistas como conductores nos respetemmos y empecemos a percatarnos de que, unos y otros, seguiremos estando aquí y que es mejor que convivamos en paz.