WLwa mofa de la radio de la Conferencia Episcopal Española a cuenta del primer presidente electo indio de Bolivia ha creado un incidente. El Gobierno español ha tenido que pedir excusas en nombre de todos por lo que han hecho unos pocos. Pero lo significativo es que, cuando las derivaciones indeseables de la COPE cruzan las fronteras, es más fácil percibir lo intolerables que son. Esperamos ahora la actuación de oficio de la justicia.

Hay otra vertiente. La Conferencia Episcopal se resiste a imponer seriedad y rigor a su radio. Pero no es precisamente la Iglesia española, con la carga histórica de los excesos de sus antecesores contra los pueblos indígenas de América Latina, una institución con derecho a hacer algo que se perciba en Bolivia como una "afrenta" racista y colonial.

Tampoco es un hecho aislado. El espacio de supuesto humor del programa de Jiménez Losantos ya se retrató en verano riéndose de la tragedia de los inmigrantes muertos en la valla de Ceuta y Melilla.

Es digno de estudio que el episcopado deje hacer ante la reiteración de mensajes de esta naturaleza. Con su incomprensible actitud se hace corresponsable de que los que aplican la estrategia de envenenar la convivencia hagan daño también fuera.